LA TARIMA FLOTANTE
La tarima flotante se caracteriza por ser un tipo de material sintético que no necesita ser pegado ni clavado al subsuelo, ni a ningún tipo de soporte. Las tablas de este material se adhieren unas a otras por medio de un machihembrado, facilitando su instalación y el tiempo de colocación, además de ahorrarnos los inconvenientes de tener que hacer obras en casa, como es el caso de los suelos convencionales de baldosas. También ahorraremos en el tiempo de instalación y por supuesto económicamente. Por tarima flotante no hay que considerar que este esté flotando literalmente, sino que entre el suelo y la tarima hay un espacio o diferentes capas.
Conoce la tarima flotante
Los suelos de madera tienen que ser clavados al subsuelo, las baldosas cerámicas y porcelana también tienen que ser pegadas con mortero, pero la tarima flotante no necesita ningún tipo de pegamento o fijación. Una tarima flotante permanece “fijada” al suelo debido a cuatro factores:
El peso: Aunque las planchas individuales son muy ligeras, de manera colectiva pueden llegar a pesar varios cientos de kilos una vez ensambladas unas a otras por toda la superficie de la habitación.
Fricción: Debajo de las láminas se suele utilizar un aislante. La fricción entre las láminas del suelo y el aislante evitan el movimiento del mismo.
El ensamblaje: Las tablas, encajan unas con otras de forma que una vez encajadas (por presión) no se pueden despegar.
Y por último, la gran variedad de tonos que podemos encontrar hoy en día, para poder combinar con cualquier estilo de decoración.
Beneficios de la tarima flotante
Una de las ventajas de la tarima flotante es la gran resistencia a los arañazos, y que tiene una buena dilatación cuando se producen cambios bruscos de temperatura o por humedad, evitando que le salgan bolsas o se levante.
Lo mejor es que nada más terminar su instalación puede pisar sin miedo a que se deforme, y su colocación no deja olores.
El tiempo de instalación también es una ventaja, ya que una habitación de unos 20 metros cuadrados puede estar lista en unas pocas horas.
Para montar la tarima flotante no es necesario tener que levantar el antiguo suelo, ya que esta se monta encima, esto nos supondrá un ahorro de dinero considerable.
Los rodapiés o cubre zócalos
Los rodapiés y cubre zócalos son las piezas que se instalan en la base de las paredes de las habitaciones como elemento protector, ya que esa zona de la pared es especialmente propensa a recibir golpes y roces. Un complemento que también cumple una función estética para suelos laminados o de madera.
Diferencias entre rodapiés y cubre zócalos
Rodapié:
Es el elemento que sirve para tapar la junta de dilatación que existe entre el suelo y la pared cuando instalamos un suelo de laminado o de madera.
Suele medir entre 8 y 12 cm y, normalmente, está realizado en el mismo material que el revestimiento del suelo. Es utilizado generalmente en interiores y suele ser liso o con pequeñas molduras, para proteger la parte inferior de la pared de pequeños roces.
Cubre zócalo:
Se trata de un elemento de revestimiento diseñado para colocar sobre el rodapié, por ejemplo de cerámica, instalado anteriormente, que no sobrepasa los 2 cm de ancho aproximadamente.
Un complemento decorativo, que se coloca en la parte inferior de las paredes para protegerlas de los golpes y roces y nos ayuda incluso a ocultar esos molestos cableados.
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ESPERO QUE LES SEA DE UTILIDAD
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